sábado, 20 de abril de 2013

Noche, día y tú.



El ruido constante se compara con la ciudad de día, toda la gente parece acelerada, siguiendo el ritmo de la rutina, las bocinas de los autos se acoplan con los gritos  y las riñas espontáneas que se generan por el tiempo que nadie quiere perder.
Las personas ya no sonríen y parece extraño que uno lo haga, como si sonreír en la calle  alterara  de manera soberbia la seriedad uniformada de la gente. Y por supuesto cantar caminando por la calzada gris es una acto tildado de locura y desubicación. El día genera eso, los tiempos egoístas, los laberintos conductistas, los pasos  sin ritmos uniformes, ceños fruncidos y  tú.

Tú, excepción a la regla , sonríes , cantas y todos te llaman loco, los miras y les afirman lo dicho , diciendo que eres un loco por la vida y no en la vida.  ¿Cómo sabrás de lo que nos podemos arrepentir, si no lo hacemos?.  ¡ Y de qué manera haces tuya esa frase !.  Cómo disfrutas tu libertad, cómo vas y vienes de un lugar, cómo estás ahí, en medio del todo que muchas veces consideramos que es la nada.
Si aprecias la ciudad de día, la noche te apasiona. Dices que está llena de secretos, la oscuridad vuelve a las personas mas seguras de si y de cierta manera con las mismas condiciones para todos. Las risas abundan, los pasos se transforman en personalidad con un sutil ritmo alegre, las luces artificiales nos engañan haciéndose pasar por estrellas testigos de historias, el amor sale de su cueva para envolver a los amantes de medio tiempo, a los eternos enamoradizos que golpean sus copas de vino para celebrar que están juntos, a los solitarios que sólo se aman a ellos y que se transforman de tiempo pasajero en el rol más adecuado para la otra mitad humana. Y luego estás tu , inquieto , la luz de la luna te abre los ojos y al parecer te hace vivir.

 “Mira la luna, siempre blanca, no es capaz de sonrojarse por las cosas que ve”, me dices apuntando hacía a ella, cómo si siempre la hubieras tenido para ti.
Llega el silencio y con ella arrepentimientos,  paz, alegrías y satisfacción.
-¡Shhhhh ! - me dices – Escucha lo que provoca el silencio.

Y ahí estaba , escuchando el silencio , para que luego se convirtiera en el ritmo rutinario del sol , los festejos de la luna y verte a ti , el loco que ama la vida.